La triste historia de este recolector de leña desafiante permanecería en la mente corporativa de la comunidad. Pero hacía falta algo más para enfatizar la prioridad de la obediencia. ¿Qué mejor que un recordatorio visual continuo, como parte de su ropa diaria? Debían poner un cordón azul en el fleco de cada borde de sus vestidos, para verlo cada día (38–39). Se les animaba a acordarse de todos los mandamientos del SEÑOR (no sólo de las prohibiciones del día de reposo),
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